Os voy a contar una historia, una historia que vivimos en primera persona muchísimos días al año.
“Paciente mujer de 45 años que avisan por posible parada cardíaca, estamos a 25 minutos de distancia. Llegamos pronto, toda la familia está llorando, la paciente en la cama inconsciente y sin respirar. Iniciamos maniobras de Reanimación Cardio Pulmonar (RCP), 25 minutos después no recupera pulso.
Nos avisan por otra paciente mujer de 50 años, previamente sana, que después de
un ronquido se ha quedado inconsciente. Tardamos 21 minutos en llegar, en el
domicilio el marido había iniciado maniobras de RCP desde el inicio de la
parada. Nosotros continuamos con RCP avanzada, 10 minutos después recupera
pulso y trasladamos a hospital de referencia.”
La PCR (Parada Cardio-Respiratoria) se define como una situación clínica que cursa con interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible, de la actividad mecánica del corazón y de la respiración espontánea. Se estima que al año más de 75000 personas sufren de un infarto agudo de miocardio (IAM), de los cuales 30000 mueren por PCR antes de llegar al hospital (datos del Consejo Europeo de Resucitación Cardiopulmonar).
Aproximadamente un 80% de los fallecimientos por PCR se producen en el domicilio de los pacientes, y la mayoría son presenciados por familiares o amigos que, en el 80% de los casos, no realizan ninguna maniobra sobre el enfermo. Cada 20-23 minutos se produce una parada cardíaca presenciada, 8 de cada 10 morirán antes de la llegada de cualquier equipo de urgencias. Si se inician maniobras de RCP Básica la mortalidad desciende casi un 50%.
En Europa se estima que la realización correcta de las maniobras de RCP Básicas (por personal no sanitario) podría salvar hasta 100000 vidas al año. En España solo se realiza de forma correcta en el 10% de los pacientes, y solo se reanima en el 20% de los casos. Las cifras corren en contra de la supervivencia de calidad.
¿Qué podemos hacer?
Las cifras están claras, la mortalidad por causas reversibles y prevenibles cada día es más baja gracias a programas de detección e intervención precoz, y gracias a diseños de estrategias curativas a gran escala (Hemodinámicas hospitalarias, tiempo puerta-balón óptimo, unidades de Ictus, mejor cobertura de UVIs móviles, formación de personal sanitario en emergencias prehospitalarias). Sin embargo, mantenemos una asignatura pendiente: la RCP.
Retomamos la historia: la diferencia entre un final y otro está en las manos que inician la reanimación, tenemos que enseñar en los colegios, en los institutos y hasta en las propias ciudades a reanimar. Cada minuto que pase sin hacer nada, reduce hasta en un 10% las posibilidades de supervivencia.
Los primeros auxilios deberían ser una asignatura obligatoria, una actividad en la que los políticos podrían invertir y mucho.
Deberíamos:
1. Dotar a todos los centros deportivos en los pueblos y ciudades de DESA (Desfibriladores semiautomáticos) en lugares visibles y accesibles
2. Dotar a las unidades de la Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil de unidades de DESA.
3. Enseñar en los colegios como asignatura obligatoria el tema: “Primeros auxilios: como salvar una vida con tus manos”.
4. Crear proyectos de intervención comunitaria para enseñar maniobras básicas de RCP en sitios de difícil acceso y de escasa cobertura sanitaria (áreas de silencio sanitario).
Empecemos por aquí.
La última guía creada es de 2015 con una revisión en curso que se publicará en el 2020. Se definen dos elementos básicos: el masaje cardíaco con compresiones para bombear la sangre y la respiración artificial con las insuflaciones boca a boca para aportar el oxígeno necesario. Usando un ratio de 30:2 (30 compresiones y 2 respiraciones) se intenta conseguir la recuperación de la circulación espontánea, efectiva y persistente.
El 78% de las PCR son de causa cardíaca según el estudio OHSCAR, con cual las guías también recomiendan que se haga hincapié en las compresiones ininterrumpidas y menos en las ventilaciones.
Lo primero, identificar la situación de inconsciencia, pedir ayuda al 112 y solicitar DESA si hubiese. Iniciar maniobras de compresión y ventilación en ratio 30:2.
En situaciones de PCR lo único que mejora la supervivencia del paciente son las maniobras de reanimación, no se quede paralizado, actúe.
Sirva este artículo para poner sobre la mesa las deficiencias que tenemos como sociedad, las tantas cosas que nos quedan por aprender y la necesidad de emprender proyectos institucionales y globales. Debemos convertir España en un país cardioprotegido, en un espacio saludable.
La única vía posible es la educación, sumemos esfuerzos, salvemos vidas.
Dr. Julio Armas Médico de Urgencias. Hospital Universitario de Vinalopó (Elche) Alicante