En el artículo de este número de la revista vamos a empezar a hablar sobre el tratamiento de la hipercolesterolemia, es decir de tener el colesterol alto. El tratamiento se sustenta en tres pilares, a saber: el ejercicio físico, la dieta y el tratamiento farmacológico.

Pues empezaremos hablando sobre el ejercicio o actividad física (AF), y no me cansaré de repetir lo importante que es en la prevención de la enfermedad cardiovascular (ECV), porque algunos pacientes son capaces de tomarse la pastilla correspondiente de forma regular y sin saltársela pero lo de hacer ejercicio físico… eso ya es harina de otro costal…que si no tengo tiempo, que si tengo muchas ocupaciones, ya en vacaciones,… no digo que no sea verdad pero hay que buscar el hueco para ello.

El hacer ejercicio de forma regular es esencial en la ECV, disminuye la mortalidad en un 20-30% tanto en personas sanas como en personas ya afectas por la ECV. El ejercicio físico no sólo tiene un efecto beneficioso en el tratamiento de la hipertensión, en el control de la obesidad, de la diabetes mellitus tipo II, sino que en el caso que nos ocupa, disminuye el colesterol LDL, es decir el “colesterol malo”.

Y ¿quién debe prescribir el ejercicio físico?, pues somos los profesionales de la salud los que debemos aconsejar sobre el tipo más adecuado de actividad física, sobre la forma de progresar y establecer los objetivos personales para cada paciente. Hay que animar a encontrar alguna actividad con la que la persona disfrute o que pueda incluir en su rutina diaria. Hay que intentar que el paciente se traslade a pie o en bicicleta, reducir el tiempo que pasamos frente a la televisión e las pantallas y tenemos que tener en cuenta además que los ejercicios breves tienen una relación coste-eficacia mayor que las clases supervisadas en los gimnasios o los programas de marcha guiados por un instructor.

La AF a prescribir consistirá en:

a) Actividad física aeróbica

Consiste en movimientos rítmicos de una gran masa muscular durante un periodo prolongado. Incluye la actividad diaria, como los traslados ya sea andando o en bicicleta, las tareas domésticas pesadas, jardinería, actividad ocupacional, actividad durante el tiempo de ocio, andar a paso ligero, marcha nórdica, excursionismo, correr, bicicleta, esquí de fondo, danza aeróbica, patinaje, remo o natación. Se debe recomendar un ejercicio aeróbico moderado o intenso y siempre realizarlo de forma progresiva, de menos a más.

En la siguiente tabla mostramos ejemplos de AF leve, moderada e intensa:

Intensidad Ejemplos
LeveCaminar a menos de 4,7 Km/h,
trabajo doméstico ligero, cocinar
ModeradaCaminar enérgicamente (4,8-6,5 Km/h),
pedalear despacio (15 Km/h),
pintar/decorar, pasar la aspiradora,
labores de jardinería (podar el
césped), golf,
tenis (dobles), bailes de salón,
ejercicios aeróbicos acuáticos.
IntensaMarcha atlética, trotar o correr,
bicicleta a más de 15 km/h,
labores intensas de jardinería
(cavar o escardar continuamente),
nadar largos en la piscina, tenis (individual)

¿Y cuánto tiempo tenemos que dedicar a ello?, pues para adultos sanos (sin colesterol, ni otros factores de riesgo cardiovascular) de todas las edades se recomienda desde las sociedades médicas europeas y norteamericanas al menos realizar 150 minutos a la semana de actividad física aeróbica moderada (unos 30 minutos al día, 5 días a la semana) o 75 minutos (15 minutos al día, 5 días a la semana) a la semana de AF aeróbica intensa. Aunque si estamos en baja forma podemos empezar haciendo sesiones más breves de menos de 10 minutos. Pero en el caso que nos ocupa, en pacientes con colesterol alto las sesiones de AF se recomienda que sean algo más largas, de unos 40 minutos al día.

b) Ejercicios de fuerza muscular/resistencia:

La AF isotónica tiene un efecto beneficioso en el control del colesterol y también en el de la presión arterial, sobre todo si se combina con el ejercicio aeróbico descrito en el apartado anterior. Esta AF se llevará a cabo trabajando con bandas elásticas, haciendo ejercicios usando el peso corporal como resistencia, cargando grandes pesos. La propuesta es hacer 2-3 series de 8-12 repeticiones al menos 2 días por semana.

Las sesiones de AF deberán incluir las siguientes fases: calentamiento, acondicionamiento (ejercicios aeróbicos, de fuerza/resistencia muscular), enfriamiento y estiramiento.

Mensajes clave:

  • La AF regular es el pilar de la prevención cardiovascular porque disminuye la mortalidad cardiovascular y la mortalidad por cualquier causa.
  • La AF mejora el estado de forma y la salud mental.

Dr. Abel Mujal Martínez. Doctor en Medicina. Médico Especialista en Medicina Interna.


Bibliografía:

1-Arnett el al. ACC/AHA Guideline on the primary prevention of cardiovascular disease.2019.

2-Piepoli MF, et al. Guía ESC 2016 sobre prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica. Rev Esp Cardiol 2016;69(10):939,e1-e87.