José Manuel Morales Fernández
Trabajador Social, Especializado en Psicoterapia de Trauma Postgraduado en Bioingeniería e Ingeniería Clínica por la UPC
Mucho se ha escrito y descrito sobre los estados emocionales, tanto personales como laborales. Hay una relación emocional que es unas de las más importantes y a la vez quizás más complicada, que es la relación con uno mismo. El saberse relacionar con uno mismo es una de las labores más difíciles. Comprender que puede ocurrir en nuestro entorno puede ser relativamente fácil, si intentamos comprender lo que realmente ocurre en nuestro interior.
Desde pequeños somos antenas receptoras emocionales, con una sensibilidad mucho mayor que cuando somos mayores. Percibimos a través de la entonación, el tono, el ritmo y otros elementos como puede ser el movimiento corporal, sobre todo de la madre. A partir del primer año comenzamos nuestra navegación por el mundo social a través del aprendizaje de la prosodia emocional. Nuestra sensibilidad neural comienza a labrar nuevos caminos y estos determinaran en gran parte una base de nuestra fortaleza emocional, y en un futuro nuestra forma de ver y entender la vida a través de las relaciones.
Tenemos la capacidad, si nos lo proponemos de activar la función evolutiva adaptativa, no es que todo el mundo la tenga desactivada, pero a veces desaprendemos como medio de supervivencia. La Bioconducta es el aprendizaje, para las nuevas conexiones neuronales y comportamentales a través del lenguaje que utilizamos, cuando me refiero a lenguaje también incluyo el corporal.
El Dr. Jorge González del Departamento de Neurología comentaba que la mente es sólo una consecuencia del cuerpo, y por lo tanto, no está antes ni persistirá después que éste deje de existir.
La comunicación emocional es bidireccional entre cuerpo-mente y mente-cuerpo. Si hablamos de trabajar un proceso traumático lo que primero deberíamos hacer es, aprender a enseñar como escuchar a nuestro cuerpo para poder sentir e identificar los que nos está pasando. El inicio para la recuperación es aprender a soltar y aprender a aceptar.
El cuerpo es un gran comunicador emocional es lo primero que transmite cuando alguien inicia o realiza cualquier tipo de conversación, estamos atentos y el cuerpo reafirma lo que la persona esta explicando. Hay una coherencia en sus palabras y sus emociones corporales. Esta misma situación nos ocurre cuando decidimos escucharnos a nosotros mismos, cuando nuestro cuerpo habla.
¿hay una coherencia emocional en lo que piensas y en lo que haces?
La sintomatología corporal se debe a que a veces la mente produce una idea de enfermedad psicosomática tan grave que la acaba causando el subconsciente. Muchos de los orígenes son abusos sexuales o físicos en la infancia y en la adultez, perdidas en la pareja, separaciones, enfermedades…
Las emociones llegan a enfermar partes de nuestro cuerpo gracias al potencial que tiene nuestra mente. Una mente desbocada te puede llevar a tener problemas físicos sin diagnósticos claros.
La Bioconducta te permite trabajar el equilibrio e interactuar entre la mente y el cuerpo, trabajando las líneas de desapego y trauma profundo.